Siempre echo el mismo cuento: empecé a escribir sin ser consciente de lo que hacía.
Simplemente me dejaba guiar por mis sentimientos y las situaciones del momento.
Escribía de lo que escuchaba, de lo que veía, de lo que sentía.
En un momento me descubrí con un diario, sí ese de Sarah Kay que tanto les he comentado.
Digamos que para ese entonces, mi escritura era un poco “inocente”: “Querido diario, hoy estuve en el colegio y la pasé genial con mis amigas, me miró el niño que me gusta, mi mamá me regañó”, cosas así llenaron páginas enteras no de uno, sino de varios diarios.
Cuando empecé a crecer y la timidez se comenzó a apoderar de mi, entendí que podía expresarme a través de la escritura.
Seguía teniendo diario, que ya no eran tan cursis, cualquier cuaderno me servía para escribir y fue entonces cuando evolucioné a escribirle a otros.
Un día me día decidí escribirle una “carta de reconocimiento” a un amigo. Recuerdo algunos fragmentos de ella, le decía cuánto lo quería y cuánto me dolía que pronto se fuera del país. ¿Parece una situación de esas que pasan a diario hoy, no?
Lo cierto es que aquel “testamento” escrito en una hoja de examen por todas las caras, me dejó ser libre y feliz, ¡esa es parte de la magia de la escritura!
Eso de escribir cartas a todos se me hizo un hábito, no importaba si había una ocasión especial o simplemente me provocaba, yo escribía y escribía.
Aprendí a cuidar mi ortografía, mejoré mi letra y me ocupé de leer y leer más, así que todo fue un gran beneficio.
Pero, ¿cómo pasé de escribir cartas a ser bloguera?
Créanme que no fue nada que estaba buscando, ni mucho menos un oficio al que quería dedicarme, peeeeero… ¡conocí la tecnología!
Un buen día por allá en 2013, buscando aprender más de este mundo digital, Roosevelt me dice: ¿por qué no tienes un blog?
Imaginen mi cara de ponchada… Yo leía tantas cosas en internet que me parecían increíbles pero nunca se me pasó por la mente ser protagonista de espacios así.
Sin embargo, estando en casa de un amigo, nació mi primer blog. Estaba emocionada y aterrada, había buscado tanta información al respecto que no sabía si iba a estar a la altura del compromiso.
Aun así, lo acepté…
Y así comenzó la aventura de ser Bloguera
Ese blog no fue ni de cerca para escribir de mi, ni de lo que sabía. Es extraño, pero comencé escribiendo sobre salud.
Cuando empecé a aprender más, me di cuenta que yo quería hablar de cosas que sabía, pero también de cosas que podían impactar a otros positivamente, ¡estaba segura que tenía un mensaje!
Así nació “Acidez en cápsulas” un blog en el que hablaba sobre cosas que pasaban a mi alrededor o incluso a mi, pero desde mi opinión “un poco más frontal”.
Por supuesto era un blog gratuito y medio feo a decir verdad, pero me permitió seguir evolucionando en esto de ser bloguera.
No tardé mucho en descubrir que quería un blog de mi marca, así que nació este espacio en 2015 y fue entonces cuando me tomé en serio el oficio: escribir como loca y hacer mucho guest blogguing.
Entonces nace Blogueros de Venezuela
Por allá en 2016, a Roosevelt y a mi, que a estas alturas estábamos bien metidos en el mundo del blogging, se nos ocurre empezar a reunir a blogueros del país.
Lo hicimos en un grupo de Facebook, hasta que nos dimos cuenta que no podía quedarse solo ahí ya que era una comunidad que podía ser reconocida.
Buscamos un espacio, nos armamos de valor y enviamos miles de invitaciones, como todo, algunos nos miraron como locos, otros nos tacharon de “nuevos” y unos cuantos más se molestaron por no haber tenido la idea primero, ¡pero nosotros seguimos adelante!
Así construimos Blogueros de Venezuela, la única comunidad de blogueros de nuestro país, un espacio que nos ha brindado la oportunidad de conocer personas increíbles, de enseñar, de aprender y sobre todo, de promover la cultura del blogging.
Fuimos pioneros en hacer eventos grandes con blogueros de diferentes partes del país, nos consolidamos legalmente y desde entonces hemos evolucionado junto a cada persona que se nos une.
Gracias a esta comunidad, celebramos el primer Blogging Day en Venezuela y hoy seguimos sumando años y anécdotas junto a los blogueros de nuestro país.
Pero un día todo cambió…
Dicen por ahí que el que no sabe es como el que no ve. Y por no ser tan experimentada en temas de hosting y respaldos, un buen día amanecí con mi sitio web caído y mi blog sin un solo artículo.
Ese terrible momento fue en 2017. Hice de todo para recuperar los respaldos de mi web en la empresa donde alojaba en ese entonces y nada: años escribiendo, se hundieron en el olvido.
En ese momento quedé en shock, no tenía absolutamente nada (solía borrar todo una vez que subía a mi blog) y quedé devastada.
Sí como se imaginarán, dejé de escribir. Lo que me hacía feliz se convirtió en un recuerdo constante de no haber hecho las cosas bien y abandoné.
Pero un buen día…
Una vez en un evento alguien me preguntó: ¿Aura, dónde puedo leerte? Y ahí me cayó la locha: las personas seguían esperando mi mensaje.
Decidí hacer un cambio en mi web, publiqué nuevamente cosas que conseguí en mis archivos y empecé de nuevo.
A las marcas con las que trabajaba, les empecé a ofrecer mi servicio como bloguera, ¡y los contrataron!
Descubrí que podía monetizar mis palabras y lo hice. He tenido la satisfacción de escribir para marcas, negocios y personas increíbles.
También empecé a enseñar a las personas a bloguear, pero sobre todo a impactar y ganar dinero con este oficio, porque sí es posible.
Hoy en día sigo evolucionando, ahora bloguear no solo se trata de escribir en este espacio sino en el de muchas personas más, pero también se trata de creer y de crear.
En el momento que escribo estas líneas, estoy reviviendo esos momentos en mi cuarto, con mi cuadernito y con un montón de sentimientos por expresar, y es que palabra a palabra tenemos la oportunidad de descubrirnos y ser quienes queramos ser.
Pero, ¿por qué escribo justamente hoy?
En primer lugar para decirte que si esto de escribir te gusta, ¡hazlo! No importa si de principio no sabes muchas técnicas, la pasión y la constancia te van a mostrar el camino.
Luego, reunete con gente que tiene tus mismos intereses, verás como será un impulso increíble para tu camino como bloguero.
Y tercero pero no menos importante: ¡Celebra! No importa si al principio no te lee nadie o lo hace solo tu mamá o tu mejor amigo, sigue creando y apostando por eso que te hace feliz, ¡tú puedes hacerlo!
Y hoy como es un día especial para celebrar, doy gracias a cada persona que llega hasta aquí siempre, a los que me han abierto las puertas de sus blogs, a quienes se han sumado a cada staff de blogueros colaboradores de mis marcas, a quienes han valorado mi trabajo, a quienes enseño, a los que me hacen aprender, a los que les gustan mis mensajes y a los que no, a quienes siguen impactando el mundo palabra a palabra, a todos ustedes:
Excelente historia. Te felicito. Un abrazo grande.
Gracias Mari, de verdad disfruté mucho escribir este post