¡Qué fino escribirle a mi juguete favorito!
Debo decir que fui una niña afortunada. El hecho de ser la única niña en la familia, aunado a ser la más pequeña siempre trae sus beneficios.
Conté con la dicha de recibir muchísimos juguetes cuando era chica. Recuerdo las navidades con el árbol lleno de cosas que sabía que me iban a sorprender, creo que por eso es que amo tanto esa época del año.
Pero la cosa no acaba ahí. Mis tíos, hermanos, amigos, primos siempre me regalaban algún juguete, ¡eso me hacía tan feliz!
Y ese día llegó, un día que esperaba con ansias. Siempre me gustaron las muñecas Barbie y recuerdo clarito el día en que mis padres me dijeron: vístete que vamos de paseo.
Creo que esto hará que ruede mi cédula, pero ese día llegamos a Juguetelandia, el paraíso de todo niño en Caracas. Y ahí la vi, la muñeca más bella que podía imaginar: Una edición especial navideña. con un traje rojo largo, brillante, su cabello platinado y las palabras mágicas: ¡puedes llevarla!
Esa muñeca se convirtió en mi juguete preferido por años. Recuerdo mostrársela a todos con orgullo, pasar horas jugando con ella y siempre, siempre, devolverla a su caja para que no se estropeara con nada.
Ese día fue en unas vacaciones del año 88, y la muñeca me acompañó hasta hace unos 7 u 8 años atrás cuando decidí regalarla para que tuviera un nuevo hogar. Créanme que me encanta cuidar las cosas que me regalan…
Hoy que le escribo a ese juguete tan valioso solo puedo decirle: ¡gracias! Me hiciste una niña inmensamente feliz y creativa. Contigo jugué, reí, crecí y creí…
Carta #9: A mi juguete favorito – Reto 100 cartas creativas de Si te lo cuento